miércoles, 28 de enero de 2015

Los Sex Pistols, El Gatopardo y el periodismo ambiental

Los Sex Pistols comenzaron a tocar en 1975. Su disco NeverMind the Bollocks revolucionó la música como ariete del movimiento punk, una destructivo modo de ver la vida que arremetía contra todo y removía los cimientos del rock and roll a partir de planteamientos básicos y al mismo tiempo rompedores. Tres años antes, en Estocolmo se había celebrado la primera gran cumbre internacional sobre la Tierra convocada por la ONU, que supuso un cambio radical en la manera de entender la relación de los humanos con su planeta. La preocupación por el medio ambiente nacía de manera oficial.
Poco duro aquello y poco más de dos años después los Pistols, como no podía ser de otra manera, se disolvieron en medio de una espiral de autodestrucción. Pero hoy su legado continúa vivo en la música, la moda y hasta en la serie televisiva Los Simpson, que según su creador Matt Groening tiene un humor de inspiración punk. Y es que el “Sistema” siempre acaba acogiendo en su regazo los movimientos que no entiende y que platean cambios en un modo de vida que el establishment no puede tolerar. “Todo debe cambiar para que todo siga igual”, es la máxima expuesta por Alain Delon en la viscontiniana visión de un mundo en decadencia que ofrece El Gatopardo.
De la misma manera que el punk cambió la música y algunas costumbres, los movimientos ecologistas consiguieron alterar las conciencias. Pero a diferencia de las tribus urbanas de modos nihilistas, enfundadas en tachuelas y cubiertas por crestas coloreadas, el ecologismo sí piensa que el planeta Tierra tiene futuro, solo hay que dejar de concebir la naturaleza como una fuente inagotable de recursos y los animales como molestas alimañas.
Hoy, el medio ambiente impregna de manera transversal la economía, la política y la sociedad hasta el punto que las grandes corporaciones se preocupan por ofrecer una imagen medioambientalmente sostenible, y los gobiernos barnizan sus leyes de color verde. Ello hace que la información ambiental a menudo aparezca en las distintas secciones periodísticas, desde la economía, hasta la cultura o el deporte, y muchas veces los periodistas generalistas no saben cómo afrontar este tipo de informaciones o no disponen de tiempo para hacerlo. Con la intención de ofrecer recursos y herramientas para afrontar estas noticias la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA) ha celebrado en Valencia “El Taller de Información Ambiental para Periodistas, con la colaboración de la Unió de Periodistes Valencians y el patrocinio de Coca-cola. Una iniciativa donde los informadores especializados en este campo compartieron sus experiencias y claves.
De entre la abundante, interesante y útil información ofrecida durante dos intensas jornadas destacaré sólo algunas ideas ofrecidas por los ponentes.
Clara Navío, presidenta de APIA: para informar primero tenemos que estar informados y así poder ofrecer una información independiente, veraz y de calidad.
Sergi Pitarch, presidente de la Unió de Periodistes Valencians: la temática medioambiental va a ser clave en un corto espacio de tiempo. En todos los medios de comunicación debería haber personas especializadas en información ambiental.


Luis Guijarro, periodista ambiental: la gente no habla de medio ambiente con los amigos. El 61% por ciento de los encuestados en España se muestra bastante o muy preocupado por los temas ambientales, pero el 74% reconoce que casi nunca habla de ello. El periodismo ambiental es la especialidad periodística que se ocupa de la actualidad y la información relacionada con la interacción que mantiene el ser humano con los seres vivos y con su entorno, el medio ambiente y la naturaleza, en especial en todo lo que tiene que ver con las agresiones y el deterioro del medio natural. Los mejores años están por llegar de la mano de los nuevos canales de comunicación. 


José Sierra, periodista ambiental de Levante EMV: el medio ambiente está presente en cualquier enfoque informativo general o especializado. Todas las actividades humanas tienen un impacto sobre el medio ambiente, y sobre esas actividades son las que informamos. Hasta cuando respiramos estamos impactando en el planeta.
Rosa María Tristán, autora del blog Laboratorio para Sapiens: la primera fuente del periodista son sus ojos. La falta de tiempo provoca la escasez de fuentes, salvo cuando ellas envían la información. El periodista debe conocer sus fuentes para valorar su discurso y contextualizarlo, y ofrecer la mayor cantidad de voces distintas.



















Ignacio Morell, catedrático de Hidrogeología de la Universitat Jaume I: el agua que se va al mar no se pierde. Las aguas subterráneas son mucho más importantes que las de superficie por calidad y cantidad, nuestro futuro depende de los acuíferos, que funcionan como grandes esponjas que absorben recursos en época de abundancia y lo liberan durante periodos de sequía. En Castellón, por ejemplo, el 75 por ciento del agua procede de acuíferos.
Maria Josep Picó, periodista Cátedra de divulgación de la Ciencia Universitat de València: la sociedad no sabe a dónde van los residuos que generan ni de dónde vienen nuestros recursos. El principal canal por el que la gente se informa de medio ambiente es la televisión, de todas las noticias que ofrece este medio en un año sólo un 3,4 por ciento se refieren al medio ambiente.
Mariola Filgueira, periodista ambiental: las empresas relacionan medio ambiente con reputación. Cada vez más las grandes corporaciones intenta reducir el impacto de sus actividades, y colaborar en iniciativas compensatorias.
En mi pequeña aportación al taller insistí en que divulgación y entretenimiento pueden ser compatibles, aprovechando el gran potencial de la imagen para captar la atención de la audiencia. Además el medio ambiente puede aparecer en televisión sin catastrofismos ni adornos más allá de inundaciones o incendios.
El medio ambiente ya se ha introducido en la sociedad de manera transversal, a diferencia del movimiento punk, el mensaje no se ha diluido entre tendencias y modas. La obligación de los periodistas, especializados o no, es evitar que los contenidos ambientales sigan el mismo camino, perdiendo fuerza y desapareciendo del foco informativo por sobre exposición o tópicos malentendidos. La función del informador es ofrecer a la sociedad contenidos de calidad, veraces y también entretenidos. Mostrar como el cambio climático no es una cosa lejana que sólo pasa en los polos y que como todos podemos colaborar a reducir las emisiones contaminantes y, al mismo tiempo, ahorrar dinero. Y si la cosa no cambia, quizás hace falta que vuelvan unos nuevos Sex Pistols.

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario